lunes, 28 de septiembre de 2009

Alas

Estaba sentado en mi escritorio, al lado de la ventana, abierta como para dejar entrar una brisa fresca con olor a verde. Y en eso noto que se acerca al árbol que a unos metros bailaba silenciosamente en el viento, una pequeña melodía. Como despertado repentinamente por una caricia, salté de alegría y sorpresa dentro de mí, sin manifestar mi entusiasmo en gestos corporales como para no espantarla. Se acomodó con ingenuidad sobre la rama, y mirando con un noble desinterés hacia el cielo, el sol caía justo sobre sus plumas como para enfatizar sus radiantes colores, para evocar en mi una dulce envidia de sus alas, la luz acentuando su personalidad, única por cierto. Con agilidad pero cuidadosamente, busqué lápiz y papel, con una dificultad gloriosa de contener mi júbilo de tener la suerte de encontrarme con semejante espécimen de armonía. De repente, empieza su canto, un suave vaivén de colores cálidos en re mayor, con un sorpresivo salto antes de llegar al desenlace, con una delicadeza y ternura tal que el pentagrama torpemente dibujado en el papel de diario que había encontrado a mano estaba bajo la inminente amenaza de ser levemente desdibujado por alguna que otra lagrima de reflexiva emoción. Sin embargo, creó que, aunque con dichas dificultades, pude en ese momento captar por escrito las notas que me dictaba frágilmente aquella maravillosa criatura. Detuvo de repente su canto, se quedó quieta, como satisfecha de haber comunicado su propósito casi providencialmente en mi ventana, de todas las ventanas en esta ciudad, y que se haya decidido postrarse en mi árbol, de todas las que andan dando vueltas por ahí, había decidido visitarme una de juventud encantada hasta el infinito, de un canto de una profundidad tan sencilla, casi la mismísima primavera murmurando acordes al ser despertada de su largo sueño invernal. Y así como me regaló esa efímera ausencia de temporalidad, ni bien había terminado de copiar las notas, como para poder guardarla y quizá, algún día, escribir un pequeño paisaje musical e intentar comunicar estas sensaciones, al levantar la vista para contemplarla nuevamente, ya había desparecido, abandonando su púlpito pasajero, tomando vuelo para volver a su pequeña existencia invisible y magnífica, ajena a nuestras medidas, categorías, tiempos y espacios, perdida luminosamente entre las demás melodías que componen aquella silenciosa y celestial sinfonía eterna.

Las Ventanas

Extendió la mano. El aire fresco de mañana urbana le sugería que buscara un refugio cálido de aquel frío amanecer. El gemido quejoso del 93 le respondió el gesto solitario y se subió a un colectivo fantasma, cuyo único ocupante era un chofer que podría haber sido facilmente el hermano gemelo del jinete sin cabeza. ''Uno con veinticinco, por favor,'' le sonrió amablamente al conductor. El vacío del transporte lo acogió y le sugirió cariñosamente (con el trato del que se encuentra con un viejo amigo con mucha frecuencia desde hace ya mucho, mucho tiempo) que ocupara aquel lugar en la ante última fila del fondo a la izquierda, al lado de esa ventana, por la cual había visto una ciudad transformarse. Viendo pasar las calles y avenidas borrosas, recordaba como era antes el viejo barrio, sus gestos familiares y vecinales perdidos en un subibaja despiadado que sólo quiere enriquecerse, sea a costa de tradicionales edificios, verdes plazas de aire puro, y cuanto obstaculice su fijo y destructivo andar civilizador.

Ya cuando recordaba que en aquella avenida vivía un antiguo personaje del barrio, esa loca linda cuyos cuentos fantásticos eran siempre objeto de dudosa veracidad, el omnibus suspira suavemente una frenada, la parada se vacía y ese ambiente ajeno al frío, vidriera de ciudad, retoma su marcha cotidiana. Con las primeras luces del sol, el colectivo flota con indiferencia por las avenidas.
Qué raro, como lo miraba ese viejo. Parecería que lo conociera, pero a él no le sonaba. ''Uno veinte,'' dijo, cansado, mal dormido, con el peso de un maletín abrumador que parecía (y más aún a esa hora) lleno de martillos, mientras hacia equilibros para alimentar a la máquina de monedas. Encima con una finísima ironía, la caprichosa máquina le exigía fríamente que volviera a insertar la moneda de veinticinco centavos, todo para escupirle con rencor otra moneda de cinco centavos. En el fondo estaba ese viejo, que entre largas miradas perdidas por la ventana, lo miraba a él con una suave persistencia que lo incomodaba. Esos ojos verdes que si bien nublados y casi muertos, tenían en esa mañana helada una manera de agregar a los escalofríos que él sentía. Estaría loco, pobre viejo, o quizá enfermo, mucho no cambia, seguramente sus familiares lo habrían abandonado en un geriátrico. Bueno, basta, en fin, era necesario dejar de distraerse con estas cosas y empeñarse en la fastidiosa tarea que no había podido terminar anoche. Es más, sería mejor hacerla bien, a ver si finalmente podía conseguir aquel ascenso que tanto ocupaba su mente, y que tanto obsesionaba sus sueños. Y si conseguía el ascenso, estaría tanto mejor posicionado que ese viejo, como para jubilarse con comodidad, no tener que andar andando en colectivos a esta hora sino tener un buen auto, hasta quizá de lujo, una casita bien ubicada en el sur, o por ahí una chacrita en las afueras de... Se felicitaba interiormente por su astucia estratégica, y se sumergió nuevamente en sus papeles.
A todo esto, el freno molestamente chillante de la agotada máquina de transporte. El choque violento de la puerta hidráulica con la pared del colectivo, seguramente producto del desliz de algún mecánico que por pereza o por desinterés (o por las dos cosas), no la quizo arreglar como la gente.
''Buen día. Uno veinte, por favor.'' Cómo le gustaba viajar en bondi a esa hora. Habían dos personas nada más, un señor mayor en el fondo que levantó la mirada para fijarse en el nuevo ingresante y, al verlo, se volcó nuevamente contra la ventana, con una triste sonrisa que le pareció un tanto nostálgica. Al otro pasajero ya lo tenía de vista, un tipo serio de unos cuarenta y pico, que se revolvía entre sus papeles con un nerviosismo profesional. Mientras se sentaba adelante, en la tercera fila y al lado de la ventanilla, se prometía que jamás terminaría así, así de serio, de importante, de económico. No, él sería diferente, tenía un propósito, y estaba convencido. No, así como aquel señor nunca. Nunca. El haría todo lo posible e imposible para hacer feliz a la gente, de regalarles su música. Si, por esa razón pensaba seguir una carrera de composición musical, o dedicarse de lleno al conservatorio, pese a la fuerte resistencia de sus padres, que le sugerían con un aire obligatorio que estudiara algo que le rindiera, una carrera seria. Serio! Se reía. No, él no, nunca. El mundo iba a conocer su música, iba a llorar y reir con sus adagios y allegros, de esto estaba convencido.
Como una escuela de peces, se dispersó por un momento esta construcción de sueños que venía haciendo, interrumpido por el alarido simpático que pegó el colectivo al realizar una nueva pausa en su determinado camino.
Los rayos del sol ya empezaban a entrar triunfantes en la ciudad, forzando el repliegue derrotado de las sombras de la noche. ''Hola señor. Uno con veinte, por favor.'' Llevaba una mochila más grande que él, llenísima con el agradable peso de un puñado de libros fantásticos. Su paso energético lo llevo a elegir un lugar detrás del chico grande, que por la pinta, seguramente estaría yendo a la universidad o algo así. Se sentó con un salto, y acomodándose en el asiento y después de observar con curiosidad la barba del señor del fondo, giró hacia su izquierda. Mientras miraba por la ventana dibujando con sus dedos sobre el vidrio grandes castillos y palacios dignos de reyes orientales, donde en Villa Urquiza habían casas y edificios bajos, silbaba desprolijamente una melodía inocente. Una melodía que parecía acompañar la lenta pero segura penetración del sol en la ciudad, al tanto que los edificios le sugerían sombras que con el movimiento del colectivo, le ofrecían una danza mística exclusiva para él, que continuaba silbando despreocupadamente. En eso, notó que el señor de traje y corbata levantaba la mirada de su papelerío y lo miraba sorprendido, con una mirada verde perdida, que le suplicaba con tristeza y añoranza que siguiera silbando. Se volvió hacia la ventana, y despues de ensayar un breve intento de comprender la mirada del pobre señor de traje y corbata, retomó sus obras arquitectónicas dibujadas sobre esa tela dinámica de edificios en transición.

Una lagrima del viejo del fondo cae silenciosamente sobre el piso del colectivo.

El chofer pega un grito de desagradable sorpresa, y se agacha protegiéndose con las manos. En una lenta danza cruel, comienza el caos. Se escucha un bocinazo, un último grito espantoso de los frenos. Confundido, el omnibus se vuelca hacia la izquierda, llevándose puesto un poste de luz y siendo atacado por un monstruo de camión por la derecha, que con su macabra ferocidad se devora todo lo que encuentra en su camino, luces, asientos, maletines, todo acompañado por el ruidoso sonido disonante del metal aplastado, quemado y quebrado. El señor de traje es arrojado contra una ventana cortada y asesina, el chico de la mochila es ahogado en el cuero quemado de los asientos desquiciados, todo mientras el colectivo rueda con espanto sobre su costado izquierdo. Bajo la tonelada de hierro ardiendo y al lado de una llanta de camión, el joven da un último esfuerzo heróico antes de colapsar. El humo, el fuego, el olor a gasolina, la pila caótica de metales amorfos y después las sirenas, son todos protagonistas desdichados de una sucesión anárquica de violencia y destrucción.

Algunas horas más tarde, con el sol de una tarde ya en retroceso, el chofer se recupera del accidente en el sanatorio. Piensa, con un aire de tanto pena como de optimismo, que podría haber sido peor, que podría haber sido en pleno mediodía y que podrían haber muerto muchas personas, y que, por desgracia y buena fortuna, murió el único pasajero de aquella mañana, un viejo solitario que siempre se sentaba al fondo.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Behold






El jugador.


Por evitar perder, nunca ganó.





lunes, 15 de septiembre de 2008

Paths


Sinfonia 45.009.382.260 en Fa mayor, Op. 125 ''Frederick Withers Jr.''



Sinfonia 107.881.419.717 en Re menor, Op. 71 ''Roberto Nicolas Moccetti''



Sinfonia 68.070.1192.106 en Si mayor, Op. 55 ''Jean Pierre Bouron''





Each and every human being is a masterpiece.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Breeze




Que haces pibe? A donde vas? Dale dale.

...

Que noche eh! Viste lo que es? Me encanta laburar de noche, es un placer la ciudad cuando esta asi de tranquila viste. Yo de pibe me crie en zona sur, y salia todas las noches a la plaza que tenia ahi a la vuelta de mi casa, y me fumaba un pucho y miraba las estrellas, asi todas las noches viste. Y ahora de grande hago casi lo mismo, viste? Jaja. Como? Y si.. hace 15 años masomenos. 

...

Te parece si agarramos por Figueroa Alcorta hasta Salguero? Buenisimo... Habia una epoca que todo esto era asi parque publico viste y la gente de por aca venia a las plazas a tomar sol, a jugar a la pelota viste, pero ahora es todo privado que se yo, todo sea por la guita. Asi se maneja todo hoy en dia. Seh seh, tal cual. Cuanto mas te puedan robar sin que te des cuenta lo hacen, es una cosa de locos. Yo te digo una cosa, nosotros los argentinos somos bastante inteligentes viste, pero lo usamos mal, porque nos queremos hacer los vivos, los piolas pero solo nos perjudicamos a nosotros, por apurados, por vivos. Eh? Claro, y fijate vos que sos pibe todavia ya te habras dado cuenta como son las cosas.

...

Uy este imbecil maneja como un psicopata! Viste eso? Es esa la actitud que te digo viste? El tipo se apuro y casi nos mata a los dos. Y es asi viste si no es en la calle es en la politica, nos metemos donde podemos para hacer la nuestra pero no pensamos en los demas, asi somos los Argentinos desgraciadamente viste. Que? Y si, somos unos vivos pero la verdad es que no somos sabios. Que se yo! Tenemos que dejarnos de joder y hacer las cosas bien viste, las cosas chiquitas y de a poquito cambian las cosas, pero como venimos estamos para atras viste. 

...

Vos que sos pibe aprovecha y hace las cosas bien eh, no te mandes las mismas estupideces que todos los demas que asi terminamos viste? Jaja. Ahi en la esquina esta bien? Trece con veinte. Listo, suerte viejo. No, gracias a vos che, chau buenas noches.



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Localist





I don't care what they do or how they do it, I just want to be safe.

martes, 9 de septiembre de 2008

Waves


El era el hombre de las ideas. Siempre tenia ideas, y eran muy buenas. La gente lo admiraba, tenia ideas geniales. Ideas locas, ideas increibles, ideas que cambiarian al mundo, ideas fantasticas, ideas musicales e ideas magicas. Y quedaron flotando por ahi, porque este señor nunca las concreto. Porque claro, el era el hombre de las ideas.

Comfort

The Unsung Heroes of Freedom
by Number 127,568,002

October 26th

Today we commemorate one of the unsung heroes of our well-being, one of the many cases that, at the time, were not considered important or note-worthy, but along with the thousands of similar cases tell the story of our great state.

Let us go back to the early years, the year 2008 to be more accurate, when our great leaders were just recently beginning to kindly look out for us after the tragic but crudely awakening attacks of September 11th (2001) that later led to the creation of the Patriotic Act, truly one of the greatest documents of our time. 

This is the story of number 83,562,011 who at the time went by a name, Brent and his quiet but noble loyalty to protection from possible enemies. It seems Brent worked for STAR, System to Assess Risk, which later fusioned with CIA and FBI intelligence systems to create our now beloved Ministry of Identity. Brent had been following a suspect, a young college student by the name of Hannah Moore. Although we now are accostumed to ignore what a suspect is accused of because of our trust in the Ministry of Identity, it was common at the time to question authorities and know, at least partially, what offense he or she had done. So it was then that Moore was taken into custody for suspicious reading material and e-mailing contacts in the Middle East. But it is not Moore's activites that captured our interest, but the cunning of Brent, who assembled together all of Moore's information and used the primitive tools he had available to make the arrest.

Brent had a look at Moore's reading list by accessing her public library account and identifying the books she had checked out in the past two years (Books are a primitive version of our DigiTexts). He noted a tendency towards Middle Eastern Studies. Suspicious. He then went on to analyze her recent credit card activities. Hannah Moore had been buying items online that would appear to have been harmless. He then went on to check her e-mails, hear a few conversations on the phone, watch her as she bought groceries, look at her recent flights out of the country, the people she sat next to on the subway, the exact times she left and returned to her apartment (thanks to the online security system), cross-check DNA samples, and listen to her conversations in school. It was here where he noted anti-social remarks, and critical views on the Patriotic Surveillance System which she ridiculously considered ''Totalitarian''. It was an umistakebly threatening attitude towards our state's fatherly watchfulness. The arrest was clearly the correct choice.

Brent had to call in a team to make it, but Hannah Moore was not at home or at school. It was here, in the heat of the moment where a potential terrorist was loose in our great nation that Brent, number 83,562,011 made a historic move. He remembered that Moore used AT&T, and owned an iPhone, and using the provider's database and STAR's GPS locater, fusioned them together to trace Moore right down to her exact location, a debate club she had just joined. The arrest was made on location, and all thanks to Brent's quick thinking.

It is thanks to these forgotten or unknown heroes that we have built a society where protection is limitless, where all our troubles are solved by a loving state that looks out for us, that eliminates enemies before they can bring us suffering. No more suffering, no more looking out for ourselves. Thank you Number 83,562,011!

jueves, 4 de septiembre de 2008

Objectivity

                                          Is beauty really in the eye of the beholder? 

Hollow

Paper Bags Waste Baskets by Jos van der Meulen, currently in the Museum of Modern Art in New York City.



If art is a reflection of humankind in a certain moment of its history, what is this saying about now?

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Maybe

¿El hombre es capaz de gobernarse a si mismo? Se trata de un cuestionamiento acerca de la capacidad de la autosoberanía humana. Examinando a la historia, es virtualmente imposible encontrar una civilización, una forma de gobernar que haya sido perfectamente armoniosa, justa y positivamente progresista. Pero ¿porqué es esto? ¿Es acaso por las fallas en las construcciones ideológicas de las formas de gobernar? La democracia, el anarquismo, el comunismo, el imperialismo, etc. son todas formas que cuando están plasmadas como ideologías suenan como utopías para muchos, formas de gobernar que en teoría nos resultan apetecibles. Sin embargo, puestas en práctica, siempre es fácil encontrar importantes fallas en su aplicación. Es decir, su aplicación resulta en una versión imperfecta de la doctrina. Deducimos entonces, que la falla esta en el ser humano, que por su propia naturaleza de imperfección, no logra establecer una armoniosa coherencia entre la doctrina y la realidad. Siempre resultan de estas puestas en prácticas, una corrupción del sistema, de los integrantes de las instituciones y consecuentemente, en los habitantes correspondientes a dicho sistema de gobierno. Esto, por supuesto, basándose en los ideales de la libertad, de la justicia, del bienestar material, intelectual, psicológico y espiritual. Teniendo en cuenta todos estos aspectos, se busca una solución.

¿Y si el hombre dejara de gobernarse? ¿Si dependiera el acto de gobernar de algo, fuese cual fuese, inhumano? ¿Dejaría de existir la capacidad del hombre de corromper aquel sistema en su egoísmo destructor?

Es entonces, a partir de este cuestionamiento, que se propone lo siguiente.

Teniendo en cuenta el avance del hombre sobre la tecnología, que ha definido nuestra época en algunos casos de manera extremadamente positiva, y en otros, sumamente negativa, ¿es válido buscar la respuesta en este medio? Es entonces, aquí donde comienza mi teoría, que es justamente eso, una simple teoría y no una propuesta formalmente armada, sino una sencilla pregunta: ¿Y si nos dejáramos gobernar por un sistema electronico?

martes, 2 de septiembre de 2008

Answers


Que es esto? Todo esto digo.. claro eso.. como lo llamas? Existencia? Y de donde viene? La evolucion? Que es eso? Ahh azar mira vos.. algo mas? Supervivencia.. esta bien.. pero yo que soy entonces? Eh? Dale, no es gracioso.. me decis en serio? Como que un mono evolucionado? Y los monos que siguen haciendo ahi entonces? Que es lo que existe entre el hombre y el mono? Ahh.. y donde esta ese eslabon? Como que no? Entonces como saben que es asi? Pero.. y el metodo scientifico? Es una teoria.. ah esta bien.. pero la enseñan como algo que es verdad e incuestionable? Ah vos no te ocupas de eso esta bien.. pero se da para cualquier otra especie? Si? Mira vos.. pero que pasa con un animal que necesita adaptarse a un ambiente muy dificil? Crea sistemas para mejorar su adaptacion? No sabia.. y cuanto tarda para que un animal de agua se convierta en uno de tierra? En serio? Tanto? Y que hace con la media patita inutil que tiene durante millones de años hasta que se convierte en una pata que funcione? No se tendria que descartar naturalmente simplemente por ser inutil? Como que no entendes? Deja no importa... Y como empezo todo? Claro si eso.. el universo..Una explosion? Estas seguro? Ahh es una teoria.. No esta comprobada? No? Y como se supone que exploto todo de la nada? Algo lo hizo explotar? Solo porque si? Mmm estas seguro? Che y una pregunta.. las emociones, el amor, la felicidad que son? Reacciones quimicas?No te creo.. En serio me decis? Mira vos.. no tenia idea.. y decime una cosa.. ya averiguaron que pasa cuando te moris? Nada? Asi nomas? Entonces no importa lo que haga total me muero igual que cualquier otro? Aja.. me estarias diciendo que no hay bien y mal? No los hay que se puedan comprobar scien- claro.. esta bien.



Me falta algo. Me falta algo?

Perspective


Think outside the box.